Vi en el video que referencio más abajo, lo difícil que es hacer algo sin
entrenamiento, o conseguir desprogramarnos, o como los niños son mucho más
plásticos que nosotros a la hora de aprender.
Muestra como han construido una bicicleta con un engranaje
en el manillar, que hace que cuando tuerces el manillar a la derecha la rueda
gire a la izda.
El autor ha necesitado 9 meses para poder usarla y un niño
solo dos semanas. Que sepas como funciona, no quiere decir que puedas manejarla.
https://www.meneame.net/go?id=2397699
https://www.youtube.com/watch?v=MFzDaBzBlL0
¿Es posible que la televisión esté haciendo lo mismo con
nosotros?
Las películas de violencia, venganza, programan nuestro
cerebro a unas determinadas reacciones, y aunque racionalmente tengamos claro
que no queremos actuar así, nuestro cerebro, como montar en bici, acaba
haciendo otra cosa contraria, aquello para lo que irracionalmente nos han
programado. Es en los accesos de ira, cuando la parte racional pierde y el
cerebro reptiliano toma el control: lo vemos, no queremos, y sin embargo no
podemos hacer nada y nos volvemos violentos, porque es más fuerte que nosotros.
Conocemos la teoría, pero nos caemos de la bici porque actuamos al contrario de
como queríamos.
Sabía que la publicidad es lo que más nos llega, lo que más
alcanza nuestro subconsciente, que es mucho más efectiva que las enseñanzas
racionales, que primero sentimos y luego buscamos razones. La tv y su
publicidad fijan nuestras referencias: cómo queremos las casas (americanas
aunque en España no las haya), los coches, el ideal de vida, el ganador y el
perdedor, la no socialización o privatización y el desprecio de lo mediocre, de lo social, de
lo común frente a lo privado. Por un lado hablan de compartir, pero por otro
del ganador, que lo tiene todo frente a los demás que no tienen nada, porque si
todos tuvieran, no habría ganador, no habría uno por encima. El objetivo es el
uno y no el todo y eso no paran de programarlo en nuestro cerebro, es la base
del capitalismo, y el camino para ser el primero implica el desprecio, la competición
como vía y la violencia como imperio.
La violencia que vemos como simulación en películas
intranscendentes, también fija nuestro patrón de comportamiento, nuestra
referencia, nuestro ideal y lo hace por el lado subconsciente, el que va a
salir en las situaciones difíciles.
Intentamos no estar en situaciones difíciles y
autocontrolarnos, porque tenemos claro que fuera de control somos peligrosos,
pero lo somos por nuestra programación. En una situación difícil, se podría
reaccionar siendo incluso más considerado o comprensivo, pero estamos
programados para la respuesta violenta, sobre todo los hombres, nos gusta la
violencia y la buscamos en los espectáculos, en las competiciones: aplastar al
rival! yo soy mejor que tu, gano más, soy más listo, mi coche es más
caro-mejor, corre más, yo gano y tu pierdes.
Quizá estemos en la peor sociedad posible, en la sociedad de
la tv, una máquina de programación que llega a todas partes y a todo el mundo.
Todo el planeta está enganchado de motu propio a ese aprendizaje, a que le
moldeen el cerebro como Ellos quieren. Quizá con internet podamos reducir la
dosis de publicidad e ir escapando, pero la sociedades actuales están en la
cumbre del mundo televisivo.
El otro día, leía que en Japón había subido el partido
comunista, sorprendente ¿no? quizá las nuevas generaciones y wikileaks sea el
resultado del desenganche de la tv. Entiendo el comunismo como lo más cercano a
una sociedad, la búsqueda de lo común. La antigua URSS ha sido un estado más o
menos capitalista y dictatorial. El comunismo o el socialismo o lo social
frente a lo individual es una verdadera democracia y no las actuales.
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